La economía del conocimiento, economía basada en conocimiento (EBC) o industria del conocimiento (en inglés: Knowledge Economy), es el sector de la economía que utiliza el conocimiento como elemento fundamental para generar valor y riqueza por medio de su transformación a información. Abarca rubros como la educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología e industria aeroespacial. Desde finales del siglo XX, la inversión en capital intangible ha crecido considerablemente incluso en mayor medida que el capital tangible (maquinaria, materias primas, etc).
En realidad, la Economía del Conocimiento no genera valor y riqueza
por medio de su transformación en información; sino que crea valor
añadido en los productos y servicios en cuyo proceso de creación o
transformación participa. El conocimiento es mucho más que mera
información. La información son datos procesados con una utilidad
general, mientras que el conocimiento significa formas, métodos y
maneras de abordar y resolver problemas; significa entre otras muchas
cosas, "Know-how",
"Know Who" o herramientas o medios de producción para producir a su
vez, o más conocimiento o productos y servicios con un valor añadido,
útil y cuantificable para la sociedad.
La Economía del Conocimiento está estructurada bajo una base material
que ha permitido grandes cambios sobre las actividades económicas,
sociales y políticas. La nueva base material aplicada a la producción
está constituida por la computadora electrónico-digital que ha
reconfigurado las relaciones sociales de producción, distribución e
intercambio en el mundo.
De esta manera, el capitalismo
contemporáneo presenta una Economía del Conocimiento donde las
actividades de creación, adaptación, difusión y depreciación del
conocimiento ha crecido a un ritmo muy acelerado. En esta Economía del
Conocimiento se estructura un nuevo patrón industrial de desarrollo
donde surgen nuevas industrias (software y telecomunicaciones) y las
tradicionales se ven rejuvenecidas por la aplicación productiva de las
nuevas tecnologías.
En el plano económico-político, las relaciones patronales-salariales
han sido obligadas a cambiar de acuerdo a las exigencias de estas nuevas
condiciones. Las políticas económicas de los países -sobre todo los
países desarrollados- han sido orientadas a la inversión en
investigación y desarrollo tecnológico, educación, salud y en la
constitución de sistemas nacionales de innovación como elemento
fundamental para el desarrollo del país.
La llamada globalización
ha sido posible gracias a estos logros tecnológicos del sector
electrónico-informático que ha permitido una nueva división del trabajo
basada en las cadenas globales de producción asignando una cierta
actividad -por medio de la subcontratación y similares- entre
productores, distribuidores y compradores.
La rentabilidad del conocimiento sólo es posible cuando este se ha
codificado, transformándose en conocimiento codificado (modelo, reglas
generales, etc.) y quedando disponible para que algún agente trabaje con
ello, en su beneficio individual o colectivo.
Fuente: wikipedia.
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