jueves, 24 de noviembre de 2011

Tiene México capacidad de competir en el mercado tecnológico mundial

En el año 2000 no había en el país una instancia del gobierno federal que apoyara a emprendedores mexicanos para la creación de empresas; ante esta disyuntiva, la administración del sexenio anterior creó la Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa (SPyME), dentro de la Secretaría de Economía, como parte de una política pública de impulso al desarrollo empresarial.


Para 2007 se puso en marcha el FIT (Fondo de Innovación Tecnológica), un fideicomiso con recursos concurrentes administrado entre la SPyME y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). A cuatro años de su creación, el Fondo ha impulsado a 473 empresas con mil 276 millones 596 mil 851 pesos.
“El FIT fue un parteaguas por ser el primer fideicomiso constituido para apoyar a las micro, pequeñas y medianas industrias en sus productos, procesos y servicios innovadores; se les invitó a incluir tecnología de manera que puedan elevar su nivel de productividad”, manifiesta Jana Nieto Karam, Secretaria Administrativa del FIT.

Cada año el FIT lanza una convocatoria para empresas o personas físicas con actividad empresarial cuyos procesos productivos o de servicio sean de base tecnológica. Para el ejercicio 2011 se pidió a la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco llevar a cabo un estudio econométrico sobre los proyectos apoyados en los primeros tres años, a fin de identificar los nichos tecnológicos con mayor potencial de crecimiento para las MiPYMES en el presente año.

Con base en los resultados, en 2011 el FIT destinó 350 millones de pesos a empresas de los sectores de multimedia y tecnologías móviles, tecnologías limpias y energías renovables, biotecnología, nanotecnología, manufactura avanzada, tecnologías de la salud y agroalimentaria.

Es oportuno mencionar que el FIT busca generar un efecto multiplicador, pues por cada peso que invierte la empresa inscrita, el fideicomiso aporta la misma cantidad. El número de proyectos beneficiados depende del presupuesto del Fondo.

Nieto Karam refiere que al inicio del FIT en 2007 hubo quien preguntó si en México en realidad había PyMES que hicieran innovación. “En el primer corte del Fondo de este año la demanda fue de mil millones de pesos, y sólo dispusimos de 175 millones que apoyaron a 70 empresas; para el segundo corte contamos con 100 millones de pesos, y las beneficiarias se anunciarán en el marco de la Semana PyME 2011. Es necesario que el presupuesto se eleve en el siguiente año”, acota la también directora de Tecnología de la SPyME.

Por su parte, Gustavo Villar Villar, director de Estímulos Fiscales del Conacyt, indica que destinar el presupuesto 2011 a siete sectores fue una prueba que resultó muy exitosa. “La expectativa era tener menos aspirantes que en años anteriores, pues estábamos acotando los sectores de participación, pero la realidad fue que al estar más enfocados en nichos específicos los interesados encontraron en el Fondo el respaldo para ser líderes de mercado”.

El funcionario explica que mientras que en el primer cierre de la convocatoria 2010 se inscribieron 190 proyectos, en el del presente año fueron 300; en lo que respecta al segundo cierre, el año anterior hubo cerca de 300 inscritos, por 540 de 2011.


Proceso riguroso pero al alcance de la mano

Para participar del FIT, la MiPyME o persona física con actividad empresarial debe conocer el nicho dentro del cual desarrolla su actividad, estar inscrito en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt) y entonces identificar las modalidades de apoyo que existen dentro del FIT para poder inscribir su proyecto.
Hecho esto, será evaluado por dos especialistas acreditados por Conacyt, seleccionados de acuerdo al sector o área tecnológica requerida. Si la calificación es favorable, comités especializados revisan las propuestas por nichos y evalúan si el proyecto cuenta con el suficiente mérito científico, tecnológico e innovador para ser dictaminado como pertinente o no pertinente.

El siguiente filtro consiste en una evaluación por parte de un órgano colegiado de selección conformado por varias instituciones públicas y privadas, así como cámaras y universidades, donde se revisan las propuestas y se eligen cuáles pasarán a una última valoración. Aquí el Comité Técnico y de Administración del FIT, máximo órgano de este fideicomiso, determina los proyectos seleccionados.

Al respecto, Nieto Karam hace hincapié en que el proceso es exhaustivo pero de esta forma se asegura que las MiPYMES elegidas tengan los méritos que se buscan; “se trata de proyectos con un alto contenido innovador que conservan y generan empleos de alto valor agregado, con niveles de maestría y doctorado”, enfatiza la directiva de Secretaría de Economía.

A su vez, Gustavo Villar señala: “Lo interesante es que no son desarrollos científicos duros, que se quedan en laboratorios o talleres, se trata de creaciones que generan empresas de base tecnológica con productos comercializables; pero además alrededor de ellas se mueven otras empresas que pueden generar más empleos”.

Por otra parte, hay empresas que incursionan por primera vez al FIT y durante el proceso de selección pueden reconocer sus áreas de oportunidad para seguir adelante; por ejemplo, habrá algunas que requieran ayuda para el desarrollo de prototipos, para pruebas, para poner en marcha líneas de producción, para elaborar sus planes de negocio, etcétera. “Las empresas deben comprender que lo más importante para innovar no se limita al equipamiento sino que también implica acompañamiento, consultoría, capacitación, etcétera, para crecer en realidad”, puntualiza Jana Nieto.

Para ello, el FIT mantiene vinculación con el sector académico, con compañías de consultoría, centros de investigación, incubadoras y aceleradoras de empresas, con organismos o fundaciones cuyo fin es apoyar a las empresas, con cámaras empresariales y con fiduciarias.

El director de Estímulos Fiscales de Conacyt indica que se necesita que las PyMES contribuyan con mayor valor al Producto Interno Bruto del país. “Actualmente la inversión en empresas de base tecnológica es de 60 por ciento del gobierno y 40 de capital privado; tendríamos que seguir el modelo de Corea, donde 20  por ciento es del gobierno y 80 del sector privado”.

Gustavo Villar añade que la elección de los nichos de negocio en los que se busca dar un mayor impulso a las PyMES se debe a que en ellos se aspira a que México sea líder; señala como ejemplo que 40 por ciento de los dispositivos médicos que se emplean en el mundo son producidos en nuestro país, y que sólo en Estados Unidos representa el 80 por ciento de ese mercado.

“México tiene cómo y con qué competir en el mercado mundial”, concluye Jana Nieto.
Raúl Serrano